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¡Hola a tod@s!
Soy la creadora de este blog, mi nombre es Anet, y realmente espero que lean todos los capitulos de esta maravillosa historia, esperando que disfruten cada uno de los capitulos que estan aqui, dentro de este blog.


julio 13, 2011

LIBRO 1 Capitulo 8

8. PASADO



Era una cálida mañana de sábado, y Ana se encontraba dormida. Abrió los ojos un poco, temiendo encontrarse con el reloj. “Aún es muy temprano… son las 11 de la mañana”, pensó al tiempo en que volvía a cerrar sus ojos intentando conciliar el sueño nuevamente.  En ese momento, escuchó que alguien entraba en su habitación. Era Sofía, la señora que hacia más de unos días había comenzado a trabajar en la nueva casa, a la cual Ana ya le había tomado un gran cariño, pues para ella, era como tener la abuela que nunca había tenido. Una abuela que ni siquiera la había reconocido como su nieta.
-Señorita…- dijo Sofía al acercarse a Ana y darle el       teléfono –La buscan-
-¿Bueno?- preguntó la chica medio adormilada.
-¡Hola!- exclamó Jorge desde el otro lado simulando estar realmente contento - ¿Tienes algo importante que hacer hoy?-
-No… Pero, ¿Por qué hablas en plena madrugada?-
-¿Madrugada?- preguntó Jorge –Pero… si son las 11 de la mañana-
-¡¿Qué?!- exclamó Ana asustada –Entonces aún es muy temprano-
-Bueno… como sea, te veo en 1 hora en la parada del bus- dijo Jorge antes de colgar.
-No… ¡Tengo que meterme a bañar!- agregó la chica justo antes de levantarse de la cama de un salto.
Se vistió y arreglo tan rápido como pudo, ya que después de todo, se había dado cuenta que desde que había comenzado a salir con Jorge, se tardaba mucho más en arreglarse que cuando era solo una adolescente normal.

-Hermano… regresaré a las 5- dijo la Ana desde la estancia mientras se abrigaba, puesto que afuera, había comenzado a nevar nuevamente. Un frío invierno amenazaba con golpear la ciudad durante ese año. Un invierno que para esos días ya estaba presente en Valle del Rey
-Está bien… solo mantén el celular encendido-
-Claro-
Ana salió apuradísima de su casa. Después de todo, la parada del autobús le quedaba un poco lejos. Pero, sin embargo, cuando llego, se dio cuenta de que Jorge aún no había llegado.
-“Demonios… está helando y Jorge se da el gusto de llegar tarde”-
En ese momento, observó que en la contra esquina, en la calle de enfrente, habían inaugurado una nueva plaza comercial. Pensó por un momento en quedarse esperando ahí afuera, pero después de que una fría corriente pasó por su cara, no dudó y entró en la plaza comercial.
Observó diversos aparadores, pero se quedó totalmente impresionada al observar dos dijes en forma de estrella dentro de una pequeña tienda departamental, de accesorios y joyería.
-¡Que hermosos!- exclamó Ana al verlos irradiando una extraña aura llena de éxtasis.
-¿Puedo ayudarte?- preguntó una hermosa joven que se acercó a atenderle.
-No, solamente estoy viendo-
-¡Ana!- exclamó Jorge desde tras suyo mientras se sacudía su chamarra de la nieve que había caído sobre ella.
-Ah, Jorge…-
-¡Idiota!.... ¿Te das cuenta de lo frío que esta allá afuera?-
-Jo… entre a la plaza, por que llegué antes que tú…-
-O… eso explica muchas cosas-
-Entonces, ¿Nos vamos?-
-¿A dónde?-
-¿Cómo que a donde?... tú me invitaste a venir-
-Oh… es que solo quería estar contigo-
En ese momento, Ana se sonrojó impresionada ante la respuesta de su entonces ’novio’.
-“No entiendo por que me da pena… ya nos hemos besado antes… pero, el que Jorge diga estas palabras… hace que me sienta muy feliz”- pensó.
-Mmm… entonces vayamos a ver los otros lugares de esta plaza comercial- dijo sonriendo el chico mientras tomaba la fría, pero a la vez cálida mano de Ana.

Después de que Ana volvió a su casa, ni Jorge ni ella volvieron a hablar durante un semana, puesto que en la preparatoria, estaba siendo celebrada “La semana de ciencias”, y los representantes de cada salón, eran los encargados de organizar los eventos de la semana. Justo el último día en que terminaban las actividades, Ana y Jorge habían quedado de volver juntos a sus casas. Pero, sin embargo, Ana tuvo que asistir a una junta de improviso, por lo que Jorge decidió esperarla en el salón. Después de una semana tan revuelta, lo único y último que querían ambos adolescentes era estar juntos.
-“Ana… por que tardas tanto… demonios, yo que quería pasar este día con ella”- pensó Jorge mientras se quitaba los auriculares de su reproductor de música.
En ese instante, Karina entró al salón, sigilosamente como siempre lo hacía. Jorge la miró fijamente de frente, pero la chica jamás volteó a verlo. Ella se dirigió a su banca, y tomó sus cosas rápidamente, estaba por salir, cuando casi intentado repetir una escena anterior, tomó su pequeña gorra con la misma gracia que lo había hecho aquel 13 de mayo. Al verla, Jorge recordó lo que había pasado hacía más 6 meses.
Acaba de transcurrir una semana, desde que Lucía había muerto al lado de su ex-novio en los atentados del 6 de mayo, Karina sabía sobre los sentimientos que Jorge tenía en esos momentos. Ambos se encontraban en la misma situación, pues Karina, había entrado también, en aquel entonces al salón de secundaria, justo cuando Jorge estaba solo.
-¿Ese gorro no es de tu hermana?- preguntó Jorge al verla mientras se colocaba el pequeño gorro blanco sobre la cabeza.
-No, es mío… ella suele agarrar las cosas sin mi permiso…-
-Valla… veo que ni siquiera la conocí bien-
-Está bien, no te culpes…después de todo, ella te engañó primero-
Jorge, al escucharla, se acercó hacia donde Karina se encontraba y la arrinconó fuertemente sin importarle la fragilidad que inspiraba la chica.
-Tú y ella… son de lo peor-
En ese momento el silencio se hizo presente entre ambos jóvenes. Un momento lleno de tensión cargo la habitación por completo. Podían sentir las respiraciones uno del otro, pues estaban tan cerca que casi podían escuchar sus propios latidos.
-No me compares con ella…- dijo Karina el tiempo en que agachaba la mirada.
Jorge al verla sollozar, se acercó aún más a ella tiernamente y la besó. Después de eso, ambos bajaron al gimnasio, el cual, para esos días de Diciembre, ya estaba completamente vacío, y ahí, tuvieron sexo. La primera vez de los dos.

Después de que Jorge recordara eso, y de que volviera en sí, se levantó de un pequeño salto, y salió del salón a toda prisa. Caminó hasta la entrada de la preparatoria, cuando justo en ese instante notó que alguien lo seguía de cerca, así que volteó y dándose  cuenta de que era Ana.
-Pensé que te tardabas más- agregó el chico al verla.
-Si… yo también pensé lo mismo, por eso te envíe el mensaje… pero hace rato que te lo envié, ¿Qué estuviste haciendo durante todo este rato?-
-Recordando… momentos de mi vida que quisiera con todas mis fuerzas, poder cambiar-
Ana, al escucharlo, se dio cuenta inmediatamente de que se trataba de Lucía, la ex-novia de Jorge. Estaba claro que Jorge aún no había asimilado del todo la muerte de su ex-novia.
-Dime… ¿Aún sientes algo por Lucía?- preguntó la joven un poco entristecida y casi susurrando.
-Por supuesto que no- aseguró su novio en voz alta.
-No dejemos que nuestro pasado se involucre en nuestro presente-
-¿A qué te refieres?-
-No dejemos que el recuerdo de Lucía se involucre en nuestra nueva relación-
-Ana… te quiero… y sinceramente, quisiera con todas mis fuerzas, poder reescribir mi pasado, pero no puedo, por eso ahora lo único que puedo hacer es cargar con la culpa de mis errores…lo siento, solo dame tiempo-
-Bien… entonces… hagamos que esa gran carga, poco a poco valla disminuyendo… juntos… yo sé que lo lograremos-

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