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¡Hola a tod@s!
Soy la creadora de este blog, mi nombre es Anet, y realmente espero que lean todos los capitulos de esta maravillosa historia, esperando que disfruten cada uno de los capitulos que estan aqui, dentro de este blog.


julio 16, 2011

LIBRO 1 Capitulo 11

AÑO NUEVO



Las vacaciones de invierno habían terminado, y un nuevo año estaba por comenzar. En Valle del Rey, se acostumbraba que el primer día del año nuevo las familias visitaran juntas la montaña de la ciudad, puesto que así, se preparaban para recibir el año. Como Jorge y Ana no habían tenido oportunidad de ir a la montaña el primer de año nuevo, habían acordado que durante el primer día de inicio de clases, juntos harían una pequeña visita a la montaña.
-Buenos días- dijo el profesor de Inglés al tiempo en que entraba al salón.
-Buenos días- contestaron al unísono todos los alumnos.  El maestro estaba por tomar asiento, cuando alguien tocó a la puerta del salón.
-¿Puedo pasar?- preguntó Ana desde la puerta.
-Adelante, por ser inicio de clases, pasaré este retardo por alto-
Ana entró al salón, pareciese que algo andaba mal con ella, puesto que ni siquiera notó que Jorge la había estado observando por más de un largo rato. Desde que Ana había vuelto de Inglaterra, ambos no habían tenido oportunidad de hablar en persona, pues la única que vez que hablaron, fue el día en que se pusieron de acuerdo para visitar la montaña de Valle del Rey juntos.
-Bien, ahora que ya esta todo el grupo completo, quiero presentarles a una nueva alumna, la cual será nuestra nueva compañera este semestre… pasa- dijo el maestro al tiempo en que abría la puerta –Su nombre es Analía Flores Vandom -
La chica entró con pequeños pasos, y el profesor le asignó el lugar al lado de Ana.
-Hola- dijo Ana sonriendo en voz baja –Me llamo Anahí Magaña Vandom. ‘Vandom’ como tú-
Analía la miró detenidamente, pues sus ojos emanaban cierto aire de frialdad.
-¿De qué te ríes?, pareces una estúpida sonriendo de esa forma- contestó Analía sin dejar de mirar al pizarrón.
Ana al escucharla, se sonrojó completamente y decidió no hablar más con la nueva compañera. Definitivamente no era el inicio de una buena amistad.
Las clases pasaron demasiado rápido, al menos para el gusto de ella. Ese día no pintaba nada bien. Pareciese que la chica estuviese evitando a su novio, puesto que a la salida de la preparatoria, comenzó a caminar inmediatamente en dirección hacia su casa. Parecía como si estuviese encerrada en su propio mundo, pues cuando estaba por cruzar la calle no logró darse cuenta de que un carro también estaba pasando frente a ella.
-¡Espera!- exclamó Jorge al tiempo en que la jalaba hacia atrás.
-¡¿Qué?!- respondió la joven totalmente descolocada por la reacción.
-¿Estás bien?-
-Sí…-
-Entonces, ¿si vamos a ir a la montaña?-
-Este… claro-
En ese momento, el chico tomó de la mano a la joven y ambos comenzaron a caminar en dirección hacia la montaña. Una extraña atmosfera de silencio se creo entre los dos.
-Te noto muy distraída- dijo Jorge -¿Pasó algo con tu hermano o en Inglaterra?-
-No para nada, estoy muy bien-
-Si no me quieres decir, solo dilo-
-Estoy bien- contestó Ana intentando disimular una sonrisa.
-Ana… cuando me compraste el regalo de Navidad… ¿Quedaste de verte con David, cierto?-
-¿Eh?... quería que fuese una sorpresa-
-No me vuelvas a mentir…-
-¿Mentirte?-
-Si… ese día te pregunte si habías estado sola durante tus compras, y me dijiste que habías estado con Alejandra-
-Lo siento-
-Como sea, no me vuelvas a mentir… y mucho menos si es para verte con otro chico… no quiero que existan secretos entre nosotros-
-OK-
Caminaron durante un rato más bajo la fria nieve que ya había comenzado a caer nuevamente. Al sitio al que iban no era un lugar que se encontrara lejos, pues si bien, la preparatoria se situaba a las faldas de la montaña.
-Bien hemos llegado…- dijo Jorge al tiempo en que se sentaba sobre una de las bancas que habían en el primer mirador, pues debido a las nevadas de días anteriores, el primer mirador era el único          accesible –Mira, ha comenzado a nevar…-
-Me pregunto como será este año-
En ese momento, ambos comenzaron a recodar lo que habían vivido durante aquel año, que hacía más de 7 días, había llegado a su fin.
-Seguro que será tan bueno como este- agregó Jorge sonriendo y soplando a los pequeños copos blancos.
-Si… ya lo creo-
-Ana…si tuvieras la oportunidad de pedir un deseo, ¿Qué sería?-
-Quisiera… poder hacer un viaje a Disneyland… siempre he querido hacerlo, pero como ahora mi hermano está más grande pues… ¿y tú? ¿Cuál es tu deseo?-
-Necesito más amor que dinero o viajes-
-¡Te daré todo el amor que necesites!-
-Entonces, ven a mi casa el domingo, no habrá nadie-
Ana guardo silencio por un momento, pues trataba de entender las palabras de Jorge.
-Ya veo el concepto de amor que tienes… ¿Es que solo piensas en eso?-
-Pues sí-
-Pues que mamón- respondió Ana con gran tono de seriedad.
Decidieron regresar antes de que el sol se pusiera en lo alto de la montaña. Estaban por tomar el camión de regreso a la casa de Ana, cuando Jorge le preguntó a la chica acerca de la tarea que habían dejado.
-Solo matemáticas- contestó Ana.
Jorge buscó entre las cosas de su mochila, y se dio cuenta de que había dejado el libro de Matemáticas sobre su banca.
-Volvamos por él- dijo Ana.
-¡Que flojera!-
Entraron en la preparatoria, pero como a Ana le dieron ganas de ir al baño, le dijo a Jorge que él entrara al salón y recogiera su libro, mientras que ella entraba al baño. Jorge aceptó, y se fue corriendo para el salón 2-B, del último edificio, puesto que ese era el nuevo salón que se les había asignado para el nuevo semestre. Entró rápidamente, y se dio cuenta de que Karina también estaba ahí, recogiendo unas cuantas cosas, puesto que ella tenía entrenamientos de gimnasia después de las 5 de la tarde, así que para esas horas, pensó, ella ya había terminado de entrenar.
-Nunca te agradecí lo que hiciste por mí durante la caminata del semestre pasado… gracias a que estuve bien al día siguiente, ganamos la competencia regional-
-No hay de qué-
-Pero… no lo vuelvas a hacer, no quiero deberte nada ni hora ni nunca- agregó Karina al tiempo en que tomaba su mochila y se preparaba para salir.
-Si tanto me odias… ¿Por qué te acercaste a mí aquella vez?- le espetó Jorge sin voltear a verla a la cara.
-Solo fui tu instrumento de venganza en contra de mí hermana…-
-Eso no es cierto… ni siquiera sabía que ella me engañaba-
-Entonces, ¿Por qué lloraste ese día?-
Jorge dejó a Karina con la palabra en la boca, tomó su libro y salió, pero al abrir la puerta se dio cuenta de que Ana estaba ahí, de pie frente a él.
-¿Jorge?- preguntó ella al verlo y no entender la expresión que estaba marcada en su rostro.
Un silencio sepulcral reinó más sin embargo, el chico pasó de largo frente a ella.
-Vámonos- dijo mientras la tomaba de la mano bruscamente.

Tomaron el autobús que los dejaba de pasó en la casa de Ana. Había comenzado nuevamente a nevar, así que como ya era un poco tarde, Ana le pidió a Jorge que se quedase hasta que Daniel llegará, así su hermano podría llevarlo hasta su casa.
-Pasa- dijo la chica al tiempo en que abría la puerta.
-Hay algo en que pueda servir, señorita- dijo Sofía al tiempo en que tomaba la enorme chaqueta de Ana.
-No, solamente sube dos tazas de chocolate caliente a mí habitación-
Ambos jóvenes subieron en silencio a la habitación de la joven.
-¿Quién es?- preguntó Jorge.
-Es Sofía, desde hace más de un mes que trabaja con nosotros…Jorge, ¿puedo preguntarte algo?- cuestionó Ana al tiempo en que se sentaba en el sofá de su recamara.
-Claro- respondió Jorge mientras se sentaba junto a la chica.
-¿Qué… qué hubo entre Karina y tú en el pasado?-
-¿Por qué?-
-¿Eh?- preguntó Ana totalmente descolocada ante semejante respuesta –Bueno… me hace sentir incómoda-
Jorge se puso de pie y se sentó en la cama, y sin ver a Ana a los ojos, guardó silencio. Se acomodó el cabello y se dejo caer sobre la suave cama.
-Te quiero- dijo la joven al tiempo en que se sentaba del lado de su novio –Y yo tampoco quiero que existan secretos entre nosotros… por eso creo que tengo derecho a saber que fue lo que ocurrió entre ustedes dos-
-¿En verdad quieres saberlo?-
La respuesta de la joven fue innecesaria puesto que su mirada lo decía todo. El silencio reinó nuevamente entre ellos nuevamente.
-¿Jorge?... contéstame-

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