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¡Hola a tod@s!
Soy la creadora de este blog, mi nombre es Anet, y realmente espero que lean todos los capitulos de esta maravillosa historia, esperando que disfruten cada uno de los capitulos que estan aqui, dentro de este blog.


julio 25, 2011

LIBRO 1 Capitulo 13

13. DECIDIR



Afuera no había dejado de nevar, y las clases matutinas del  2-B ya habían terminado. Ana se encontraba en el baño de las chicas arreglándose el cabello un poco, justo cuando recordó lo que David le había dicho días atrás.
-“Dijo que me veía mas bonita”- pensó al tiempo en que se sonrojaba.
Justo en ese instante, Anilec, Wiin y Alejandra rodearon a la joven.
-¿Y bien?- preguntó Wiin.
-¿Eh?- contestó Ana totalmente impresionada por la pregunta de su amiga.
-Desde hace un tiempo, que no nos hablas ni nada por el estilo-
-Es solo que… casi no tengo tiempo-
-¿Tiempo?, claro como vas a tenerlo si se lo dedicas todo a mi hermano- contestó Anilec de manera casi automática.
-¿Y eso que tiene de malo?- preguntó Alejandra intentando ser menos directa.
-¿Cómo que qué tiene de malo? Nosotros también somos sus amigas-
-Pero si Ana tiene novio, creo que deberíamos estar felices por ella, y en lugar de pedirle que nos de tiempo, nosotras deberíamos estar buscando también novio, ¿no lo creen?-
-Sí, sí- dijo Ana vagamente al tiempo en que salía del pequeño círculo que sus amigas habían hecho alrededor suyo.
Salió de la preparatoria sola, puesto que Jorge tendría práctica de futbol. Caminó hasta la parada del autobús y esperó a que llegara; estaba sentada sobre una pequeña banca, cuando se dio cuenta de que un tipo de extraña vestimenta se estaba acercando a ella.
-La busca la señora Marina- dijo el tipo de ropas negras a la joven –Toda la compañía le esta buscando-
En ese instante, el tipo tomó fuertemente a Ana del brazo. La joven intento moverse, pero le fue completamente inútil.
-¡Suélteme!- exclamó la chica.
-¡No escuchaste! ¡Que la sueltes!- exclamó Analía al tiempo en que golpeaba al extraño sujeto por detrás de la cabeza -¡Corre!-
Ambas comenzaron a correr, tan rápido como sus piernas les permitieron, y no pararon hasta sentirse seguras del extraño sujeto.
-¿Estás bien?- preguntó Analía muy agitada.
-Si… ni siquiera conocía al tipo-
-No te buscaban a ti… me buscaban a mí-
-¿A ti?-
-La señora que había creído mi madre por más de 15 años resulto ser mi tía… ahora ella está muy mal, y se supone que después de que ella muera, uno de los tres hijos de mi verdadera madre tendrá que asumir el control de la compañía Star Streek-
-¿Star Streek?-
-Sí… ¿la conoces?-
-Claro, bueno después de todo es una marca de ropa muy conocida… pero tú no quieres ser la persona que asuma el cargo, ¿verdad?-
-Sinceramente no… oye, si cuando nos conocimos te di una mala impresión… lo siento-
-Vale, está bien… quizás estabas nerviosa-
-Un poco…-
En ese momento, el celular de Ana comenzó a sonar; era Jorge quien desde hacía un rato había intentado comunicarse con ella.
-¿Era el chico que se sienta detrás de mí?- preguntó Analía sonriendo.
-Sí… bueno-
-¿Es tu novio?-
-Eh, sí… bueno me tengo que ir-
-Vale, nos vemos, claro que sí, ten cuidado con los tipos de hace un rato, aunque estoy segura que ya no volverán-
-Iré con cuidado-

Jorge había terminado más temprano de lo usual sus prácticas, así que le había pedido a Ana que fuera a su casa para que le explicase algunas cosas de matemáticas, puesto que había reprobado el último examen parcial de la materia. Realmente, era una materia que le aterraba ya que nunca había sido bueno para los números.
-¿Está Jorge?- preguntó la chica al llegar y ver a la madre de su novio.
-Sí, adelante- contestó la madre del chico.
Invitó a Ana a pasar dentro de la casa, y le dijo que en un momento su hijo bajaría a recibirla, puesto que se encontraba tomando un pequeño baño. Entonces la mamá de Jorge tomó su bolso, y le pidió a Ana que tan pronto y Jorge bajara, le dijera que ella se había ido ya a trabajar, y que su hermana dormiría fuera de la casa. Ana asintió a la petición de la señora sin articular palabra alguna. Tan pronto como la señora cerró la puerta, Ana sintió el silencio a su alrededor.
En ese instante, escuchó como alguien abría una puerta en la planta alta de la casa. Quizás Jorge había terminado su baño. Ana se puso de pie y subió lentamente las escaleras. Llegó hasta la habitación de Jorge y se quedo de pie frente a la puerta.
-¿Y si aún no se cambia?... ¿Aún estará desnudo?- dijo la joven para sí misma en voz alta.
-Eres una pervertida- contestó Jorge quien se encontraba detrás de ella.
La chica al escucharlo, se asustó tanto que pego un enorme grito.
-¡Cálmate soy yo!- exclamó Jorge tratando de calmar a la chica.
-Nunca me hagas eso de nuevo- agregó Ana al tiempo en que entraba en la habitación de Jorge e intentando recuperar el aliento dijo –Ahora que lo pienso, es la primera vez que entro en tu habitación-
-Cierto- agregó Jorge, cuando en ese momento besó inesperadamente a la chica.
-“Cuando Jorge me besa… siento que no hay tiempo ni espacio… cuando Jorge toca mi espalda, siento que lo puedo hacer todo… cuando Jorge toca mi pecho… ¡¿EH?!”- gritó Ana al volver en sí, solo para darse cuenta de que Jorge se encontraba encima de ella. En ese momento ambos se miraron fijamente.
-¿No me vas a dejar?-
-Por supuesto que no-
-Vale…- agregó Jorge al tiempo en que sentaba sobre su cama y se ponía una playera azul -¿No te piensas sentar?- preguntó al ver que la chica ya se había puesto de pie frente a él.
-No, estoy bien aquí-
-¿Por qué?-
-Por que te conozco y sé que intentarás algo-
-No lo haré… prometo no hacer nada que te moleste- agregó Jorge al ver a la chica tan distraída mirando en dirección a su escritorio -¿Qué tanto ves?-
-Esa fotografía- contestó la chica al tiempo en que tomaba el objeto -¿Quién es la chica que está a tú lado?-
-Es… Lucía-
Entonces Ana lo comprendió. Ella podría haber preguntado él por qué seguía aún conservando una fotografía de la chica que lo había engañado, más sin embargo, tomó la decisión de confrontar a Jorge directamente. Definitivamente no daría rodeos.
-¿La quisiste?- preguntó Ana agachando la mirada.
-Es…- tartamudeó Jorge intentando encontrara las palabras menos dolorosas y a la vez menos comprensibles –Algo difícil de responder-
-No dejemos- dijo Ana casi susurrando –No dejemos que ella siga en nuestro presente…-
-Pero…-
-¡Ella te engaño!- exclamó la chica perdiendo el              control. Una corriente de fuego corrió por dentro de sus venas. No podía reprimirlo más –Quizás yo no sea igual en nada a Lucía, pero… te prometo que haré todo lo posible por hacerte feliz-
Jorge la escuchó detenidamente. En ese momento, tomó la fotografía y la tiró. Ana tenía razón en algo: ella lo había engañado. Volvió su vista hacia donde Ana estaba y se acercó tiernamente a ella y la abrazó. No se detendría más; era tiempo de dejar fluir aquellos sentimientos que aún guardaba en su corazón por aquella que en ese entonces, estaba ya en el cielo.

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