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¡Hola a tod@s!
Soy la creadora de este blog, mi nombre es Anet, y realmente espero que lean todos los capitulos de esta maravillosa historia, esperando que disfruten cada uno de los capitulos que estan aqui, dentro de este blog.


septiembre 02, 2011

LIBRO 1 Capitulo 16

16. DESEQUILIBRIO



Ana se encontraba leyendo en el estudio de su casa; estaba sentada frente a Daniel. En ese momento, su celular comenzó a sonar. Sonó 3 veces seguidas, más sin embargo,  no contestó ninguna llamada.
-¿No piensas contestar?- preguntó Daniel sin dejar de escribir en su laptop.
-No-
-¿Por qué?-
-Por que simplemente no me da la gana-
-Si no quieres hablar simplemente dilo, y no seas grosera-
-Vale…- contestó la joven entre dientes.
Habían pasado más de 5 días desde que Ana y Jorge habían estado juntos. Ana no había vuelto a hablar con Jorge, puesto que no sabía como responder ante aquello que había sucedido con Karina.
-“Se trataba de la hermana menor de su ex-novia… sea como sea que las cosas pasaran… también la traicionó a  ella”- pensó al tiempo en que apagaba su celular.

La mañana siguiente, durante las prácticas de deportes, los chicos serían evaluados como parte de las calificaciones parciales, y a pesar de que Jorge había puesto todo su empeño en anotar los 5 puntos sobre la canasta de basquetbol, no consiguió más que un solo crédito.
-¡Maldición!- exclamó al tiempo en que tomaba asiento al lado de David.
-No hay que ser adivino para saber que estás pensando en alguien-
-La he llamado como 50 veces y no me contesta-
-Sigue llamándola-
-¿Acaso no has escuchado que dije “50 veces”?-
-Pues que sean 100-

Las clases parecían ser eternas para Jorge, puesto que cada vez que encontraba la ocasión para hablar con Ana, ella no hacía otra cosa más que evitarlo. Ni siquiera lo miraba en clase. Jorge había entendido, gracias a la plática que había tenido con David que si ella no le daba la oportunidad, él tenía que encontrar la forma de hablar con ella así fuera por la fuerza. Estaba claro que si no conseguía hablar con ella en la preparatoria, lo tendría que conseguir en su casa.
Era ya un poco tarde, puesto que los colores del cielo, cada vez comenzaban a ser mucho más tenues. Ana se encontraba en el estudio escribiendo una historia que si bien, había empezado el último día que había pasado en Montenegro, a la cual, el tiempo perdido al lado de Jorge, no le había dado la oportunidad de seguir con la historia. Pero, justo en esos momentos, la voluntad de la escritura y la imaginación reinaban en su cabeza, así que le había parecido un buen momento para poder continuarla.
En ese instante, alguien tocó al timbre de su casa.
-¡Jorge!- exclamó Daniel al abrir la puerta- ¿Buscas a Ana?-
-Si-
-Pero, pasa-
-No está bien, aquí la espero-
Daniel entró en la casa, y se dirigió hasta donde Ana se encontraba.
-Te buscan-
-¿Quién?- preguntó Ana sin dejar de escribir en su pequeña laptop puesto que no esperaba visita alguna.
-Es Jorge-
-¿Eh?- preguntó Ana al tiempo en que cerraba su laptop y la dejaba a un lado de ella –Dile que estoy dormida o invéntate algo-
-¿Por qué habría de hacer eso?-
-Por que no le quiero ver-
-Ha venido hasta aquí por ti… y mira que ya es un poco tarde-
-Me da igual, no quiero verle-
-Está bien- agregó Daniel antes de salir del estudio.
Daniel salió de la casa y le dijo a Jorge que por el momento su pequeña hermana se estaba bañando.
-Entonces la esperaré-
-Sé como te sientes, pero lo mejor será dejarla sola por el momento-
-Está bien… por favor, dale esto por mí- agregó Jorge al tiempo en que le daba a Daniel un pequeño pero hermoso ramo de flores. Después de esto, Jorge se marchó.
Daniel entró nuevamente en la casa, y para esos momentos, Ana ya lo esperaba en la sala.
-Toma- agregó Daniel mientras le mostraba el ramo de flores.
-¿Qué es esto?-
-Lo dejó para ti-
-Idiota- susurró.
-En verdad no te mereces un novio así-
Ana permaneció en silencio. Comenzó entonces a recordar la última plática que había tenido con Jorge.
-“Ese chico al que no merezco se acostó con la hermana de su entonces novia”- pensó Ana al tiempo en que tomaba una de las flores del ramo –“Esta flor... es tan delicada y dulce… quizás Jorge me lo ocultó por cortesía, y aunque no fuese la opción más justa… él mismo lo dijo aquel día… él… también odia ese pasado”-
En ese momento, cedió nuevamente a los sentimientos del chico. Salió apresuradamente de su casa. “Quizás no estoy siendo justa, pero puede que Jorge también este sufriendo con esto”.
Corrió con todas su fuerzas, hasta que finalmente logró alcanzar a Jorge.
-¡Jorge!- exclamó la chica al verlo -¡Te quiero!-
Jorge permaneció en silencio por unos momentos. La miró fijamente a los ojos, al tiempo en que se acercaba lentamente. Se detuvo enfrente de ella, y la abrazò fuertemente. Las cosas habían vuelto a su lugar después de todo. El fuego del amor que había entre estos dos jóvenes era aún más intenso que su sentimiento de pérdida; pero quizás, y solo quizás, si ese mismo fuego no hubiese sido tan intenso no hubiera quemado las manos que en aquel entonces estaban nuevamente unidas.

La mañana llegó mucho más rápido de lo esperado. Ana llego muy temprano a la preparatoria, y para su sorpresa con el único con el que se encontró fue con David. Hacía tiempo que no hablaba con él. Para ser exactos, nunca le había pedido una disculpa por lo del día de la fiesta.
-Hola- dijo ella al verle.
-¿Qué haces aquí?-
-Me he caído de la cama- contestó Ana sonriendo al tiempo en que se acomodaba los pequeños mechones que colgaban a los lados de su rostro -¿Y tú?-
-Tenía que practicar algunas jugadas-
Comenzaron a platicar sobre ella y Jorge, pero sobre su tema de conversación fue lo que había pasado el día anterior.
-Fui capaz de perdonarle-
-Después de todo eso fue antes de que él te volviera a ver, creo que debes tomar en cuenta que si tú hubieras estado a su lado, nada de eso hubiese ocurrido-
-Tienes razón… desde que me fui a Montenegro con mi mamá, muchas cosas pasaron en la vida de Jorge, sé que no puedo cambiar el pasado de Jorge… él odia a Lucia… y yo también la odio; por eso quiero hacer feliz a Jorge-
-Me parece bien. Dime ¿aceptas sugerencias?-
-Claro-
-Creo que si la relación se va a basar en problemas y dificultades, una parte debería ponerle fin-
En ese momento, Wiin llego en compañía de Iván, y por esta razón ambos no pudieron seguir platicando. Ese día, habría junta de profesores, y por esta razón, los alumnos tuvieron la salida temprano.
-Jorge… recuerda que hoy hay probabilidad de lluvia así que llega temprano- decía Anilec al tiempo en que tomaba su mochila.
-Si, lo sé-
Ambos hermanos salieron juntos de la preparatoria.
-¡Ana!- exclamó Jorge al tiempo en que corría hacia donde su novia se encontraba.
-Te estaba esperando-
-Oye, ¿A dónde vamos el fin de semana?-
-Ammm… quiero ir a la Montaña del Rey, quiero ver el atardecer contigo-
-Entonces iremos al mirador de la montaña-

El fin de semana tardó en llegar, puesto que los exámenes de mitad del semestre habían llegado. La primavera estaba en todo su apogeo, las pequeñas lluvias primaverales, eran excelentes para la cascada de la montaña, así que podría decirse que era la mejor temporada para visitar los paraderos de la Montaña del Rey.
El domingo, finalmente llegó. Ambos acordaron verse en el primer mirador a las 11 de la mañana. Caminaron cerca de 3 horas para poder llegar hasta el último mirador. La vista desde ahí era realmente hermosa; al norte se podía observar el amplio mar que permanecía abrazado a la pacífica ciudad de Valle del Rey. El este, la ciudad que nunca dormía, continuaba con su flujo normal. Mientras que en el sur de la ciudad pequeñas montañas lograban divisarse a lo lejos. Era realmente un escenario perfecto.
-¡Me alegra!- exclamó Jorge al ver el paisaje que se lograba divisar desde el último paradero de la montaña.
-¿De que hayamos venido?-
-Si, me alegra mucho-
En ese momento, ambos se dieron un largo beso.
-Esto es genial… la cascada está en su máxima capacidad- dijo Ana al tiempo en que volteaba a ver el espectáculo que la naturaleza brindaba en ese lugar.
-Claro que no Lu…-
-¿Lu?-
-Vámonos-
-Pero, si acabamos de llegar… ¿Lu?, Jorge ¿con quien me estas confundiendo?- preguntó Ana al darse cuenta de la confusión del chico.
Jorge la miró fijamente a los ojos y permaneció en silencio.
-Vámonos-
-Olvidémonos de Lucía… ella no fue nada justa, te mintió, te abandonó, y te traicionó… dime, en estos momentos, dime lo que realmente sientes por ella-
De alguna forma las palabras de la chica tocaron el corazón del joven. Fue entonces que comenzó a recordar todo lo que había vivido al lado de aquella persona que alguna vez, tiempo atrás, había sido importante para él. Los ojos del chico comenzaron a cristalizarse, y sus mejillas comenzaron a humedecerse.
-Vuelve… vuelve a la vida- contestó Jorge llorando y agachando la cabeza –Te perdono todo, así que vuelve-
Esa era la primera vez que Ana veía a Jorge llorar de esa forma. Y fueron esas únicas palabras las que bastaron para terminar de romper a la chica.
-Mentiroso… mentiroso-
Comenzó, entonces, a alejarse del chico con pequeños pasos hacia atrás, al tiempo en que recordaba lo que había vivido con el durante aquel medio año.
-No… puedo seguir así- agregó la chica para después tomar sus cosas y salir corriendo del lugar.
Todo seguía encajando de forma perfecta. Justo como se tenía estimado, la cálida lluvia primaveral, comenzó a caer cerca de las 5 de la tarde. Jorge se encontraba en la parada del autobús, totalmente empapado, y tan solo pensando en su persona amada: Ana.
En ese instante alguien se acercó lentamente a él. Era Karina, quien lo cubrió con su paraguas.
-Te vas a enfermar-
-Me acaban de dejar… ¿estás contenta?-
Karina guardó silencio y siguió su camino. Jorge, sin embargo, continúo de pie bajo la incesante lluvia recordando el rostro bañado de lágrimas de su mejor amiga.

















“Si la gente pudiera volver a hacer las cosas, o si pudiera volver al pasado… no sé si, elegirían recorrer un camino distinto… o si tuviesen la oportunidad de elegir a las personas que quisieran conocer, o las cosas que los hacen felices… pienso que, quizás el mundo sería mejor si tuviéramos esas oportunidades…
Todas y cada una de las piezas de la historia… van encajando una a una… pero al final
¿Quién engaño a quien?”

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